
*Se va el xenófobo, racista, clasista, arbitrario, sin política de exterior de USA.
De la redacción
En 1823, cuando la independencia de Estados Unidos era reciente e Inglaterra intentaba recuperar sus 13 colonias y España buscaba lo mismo en el continente, James Monroe implantó la doctrina que lleva su apellido, traducida en “América para los americanos”. Declaró a Latinoamérica su patio trasero.
Esa posición se robusteció 130 años después, cuando el presidente Dwigth Eisenhower, por conducto de su secretario de Estado, John Fuster Dulles (hermano mayor del director de la CIA, el temible y tenebroso Allen), declaró que “Estados Unidos no tiene amigos: tiene intereses”, recordó Ernesto Alfredo Pardo Salmerón, conocedor de la política exterior estadounidense.
Comentó así la difícil y riesgosa relación bilateral de México con Estados Unidos, cuya política exterior está sustentada en esas dos posiciones cínicas expresadas por dos gobernantes del vecino país, independientemente de qué partido y qué político ocupe la Casa Blanca.
Una abrumadora mayoría de mexicanos está contenta con el fin de un gobernante xenófobo, racista, clasista, arrogante, soberbio, arbitrario, grosero e ignorante, enemigo de los organismos multilaterales, como lo es Donald Trump, y por el arribo de Joe Biden, un político de buenas maneras, “pero no debemos olvidar los principios que rigen a los gobernantes de un país imperialista, como el vecino del norte”, advirtió el estudioso del tema.
RELACIÓN POLÍTICA Y ECONÓMICA ASIMÉTRICA
Pardo Salmerón explicó que la economía mexicana depende mucho de las exportaciones a Estados Unidos, donde se coloca cerca del 80 por ciento de los bienes vendidos en el extranjero. El superávit de México en ese intercambio comercial ronda los 60 mil millones de dólares al año, recordó.
Este intercambio es asimétrico, por la dimensión de la economía estadounidense, como lo es también la relación política, pues se trata de la primera potencia económica y militar del mundo, con una concepción de América Latina como su patio trasero, abundó Pardo Salmerón.
A.L. EN GUERRA COMERCIAL USA-CHINA
Por esa misma visión regional de América Latina como ‘patio trasero’, nuestros países padecerán inmensas presiones para integrarse a la economía estadounidense, porque en otras regiones del mundo la vecina potencia va perdiendo la guerra comercial frente a China.
Como parte de América del Norte, México será el más presionado para no vincularse con China, porque Estados Unidos no puede perder mercado en su propia región. Todo esto parece ignorarse cuando se muestra entusiasmo por el triunfo del Biden.