Purga en Colombia y el Silencio Cómplice de los E.E. U.U.
Augusto Lozano
Entre enero y noviembre de este año han sido asesinados en Colombia 236 ex guerrilleros de las FARC, quienes entregaron las armas en 2016 para dedicarse a la lucha política pacífica, amparados por el “Acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de la paz estable y duradera”.
También de enero a octubre fueron asesinados con saña extrema 280 líderes sociales. Ante este horror el gobierno de Donald Trump guarda absoluto silencio, como lo guardan la Organización de Estados Americanos (OEA), los medios informativos de américa latina, incluyendo los de México, y los organismos encargados de proteger los derechos humanos en todo el mundo.
Nada más es de imaginarse lo que hubiera hecho Trump si estos crímenes, o al menos una docena, los hubieran cometido el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela; no obstante, lo sucedido en Colombia
tampoco ha merecido un solo comentario condenatoria por el presidente electo Joe Biden, su equipo de trabajo o por algún miembro del partido Demócrata (del Republicano no se esperaría nunca).
Lo que sucede en Colombia es en realidad una ‘purga’, aconteciendo en pleno siglo XXI con la complacencia de los Estados Unidos y en una región que es escenario de la nueva guerra fría.
México no escapa a esa velada competencia por la hegemonía mundial, y por ello la estabilidad política del país es clave para los planes que los norteamericanos tienen para la región. Con un proceso electoral en puerta para el 2021, lo que sucede en Colombia no debe pasarse por alto ni dejar de mencionarse en los medios.