El Proyecto Peñista del NAIM-Texcoco, como los Trenes, Enmascaraba un Meganegocio Inmobiliario
Augusto L. Robles
(Segunda Parte)
La construcción del NAIM en la zona fangosa de Texcoco iba a representar la destrucción del actual Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México “Benito Juárez”, cuyas centenares de hectáreas iban a destinarse a la construcción de un mega centro corporativo, comercial y residencial al estilo Santa Fe, con ganancias de miles de millones de dólares. Al igual que el proyecto ferroviario peñista, estaba pensado un mega negocio inmobiliario para unos cuantos. Esto ya más o menos se sabe.
Lo que no se sabía, es que en ese mismo esquema de negocio, meganegocio, destinado para los grandes empresarios privilegiados por el gobierno de Enrique Peña con la construcción del NAIM, estaba pensado para los terrenos que rodean la base aérea de Santa Lucía, ubicada en el municipio mexiquense de Tecámac.
Peña y los suyos habían decidido que, al entrar en operación el Nuevo Aeropuerto Internacional de México en Texcoco (NAIM), se cancelaría y destruiría la base aérea de Santa Lucía, de un plumazo.
La tranza planeada era mayor, porque la Secretaría de Comunicaciones y Transporte difundía como propiedad federal una superficie de 600 hectáreas. Pero ocultaba que las tierras de las cuales pensaban apoderarse eran 2 mil 500 hectáreas.
Las 600 hectáreas tal vez las pensaban vender baratas a los amigos o más bien a los intereses de los cuales Peña Nieto era rehén, pero las otras mil 900 hectáreas que curiosamente no aparecían en la información oficial difundida, se iban a entregar regaladas a los desarrolladores consentidos.
Al igual que los trenes, el NAIM no estaba pensado para solucionar los problemas de transporte, sino como pretexto para lucrar con la especulación inmobiliaria, a su vez, alimentada por la dinámica de crecimiento imparable de la Ciudad de México. (Continuará)
