*Muchos desaparecidos fueron asesinados y sepultados en fosas clandestinas.
De la redacción
La mutación de los métodos de operación de los criminales organizados desfasó de la realidad creencias tenidas por verdades absolutas en el pasado, entre las cuales destaca esa convicción institucional de que en homicidios no hay cifras negras, porque todas se registran.
Ricardo Hernández Rentería, académico y estudioso del tema, explicó que las autoridades del sistema de justicia y hasta el propio presidente Andrés Manuel López Obrador con frecuencia aluden a eso de no cifras negras en homicidios.
“Eso fue cierto hasta hace unos 35 años, pero ya no lo es, porque muchas muertes violentas intencionales y desapariciones no son registradas. En el primer caso, por el inhumano desmembramientos de cuerpo, su desintegración en ácido y el depósito de restos en fosas clandestinas”, explicó.
El presidente López Obrador ha opinado en el sentido de que las estadísticas de homicidios no registran cifras negras, pero en la práctica esa verdad ya no es ciento por ciento verificable, reiteró el académico.
Sobre las desapariciones, Hernández Rentería sostuvo que es pavorosa la cifra de más de 77 mil personas en esa condición, pero la realidad es mucho más grave desde hace dos décadas, cuando el problema comenzó a crecer mucho.
Las desapariciones de personas adultas en forma forzada, por parte de particulares, son obras de los grupos criminales, y también las cifras negras son altas cuando este es la causa de la no localización de los ausentes.
“Un alto porcentaje de las familias que tienen desaparecidos; sobre todo, cuando las víctimas tienen vínculos con las actividades de la delincuencia organizada, no denuncian las desapariciones, por lo cual las autoridades no tienen un registro completo y actualizado de la situación”, detalló Hernández Rentería.
Las desapariciones de integrantes de la delincuencia organizada corren por cuenta de los enemigos, pero no es menor el porcentaje de las víctimas de los mismos grupos criminales a los cuales pertenecen, pues por diversos motivos hay ajustes de cuentas al interior, agregó el entrevistado.
“Cuando son los propios compañeros quienes desaparecen a otros, los asesinan y sepultan clandestinamente, las familias son amenazadas y advertidas que sufrirán represalias si denuncian las privaciones ilegales de la libertad de sus parientes. “Y por eso no lo hacen, lo cual genera cifras negras en homicidios, contrariamente a lo sostenido por las instituciones”, concluyó.
