Por su poder de compra, el salario mínimo en México está en lugar 82 entre los países del mundo; es decir, hay 81 países, incluyendo algunos de Centro América, donde se paga mejor que aquí a los trabajadores no calificados. En 2018 había caído al lugar 90. Con el aumento del 15 por ciento que regirá a partir del primero de enero se ubicará en el sitio 76, todavía entre los más bajos del mundo.
Pasará de 122.22 pesos diarios a 141.7 pesos. Para un aumento del 51 por ciento en los dos años del gobierno de AMLO. Aun así, las cúpulas empresariales sostienen que “es mucho el aumento y miles de empresas quebrarán”, lo cual es falso, porque el salario mínimo prácticamente no impacta en los costos de producción u operación de los patrones. Además, representan una reducida porción del universo de 20 millones afiliados al IMSS. México es la 15 economía mundial, por eso forma parte del grupo de las 20 naciones más ricas del mundo.
No obstante, nuestros salarios son, por mucho, los más bajos de ese conjunto de países y de los de la OCDE. Entre el sexenio de Miguel de la Madrid y el de Enrique Peña Nieto perdieron el 75 por ciento de su capacidad de compra. Durante el gobierno de López Portillo la paga mínima legal era la 12 más alta en el mundo.