*Violencia, corrupción, tráfico de influencia y autogobiernos en penales.
De la redacción
El sistema de penales mexiquenses mantiene los viejos vicios de violencia, corrupción, tráfico de influencia, con casos de control de las cárceles por delincuentes presos. Y sigue el hacinamiento, que impide rehabilitar a las personas privadas de su libertad, denunció Araceli Casasola Salazar, del PRD, al presentar un punto de acuerdo para pedir a Secretarios general de Gobierno y de Seguridad reestructurar el sistema penitenciario estatal.
Persisten las malas prácticas de quienes operan el sistema carcelario y el inadecuado manejo de los recursos que el Estado otorga, que son mínimos y hay carencia de personal de custodia, criminología, psiquiatría, medicina, enfermería, trabajo social, sociología y psicología para ayudar a una adecuada reinserción social, enumeró Casasola Salazar.
Recordó que esa precariedad ocasionó que en la evaluación del “Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2019” el sistema carcelario mexiquense obtuvo una calificación de apenas 6.21, prueba de que no tiene avances.
La legisladora perredista aludió a las actividades ilegales que al interior de los penales mexiquenses desarrollan los presos más peligrosos en detrimento de otros internos, a quienes extorsionan. Tienen de facto un control de cárceles.
Propuso que las internas e internos aprendan y ejerzan un oficio certificado por instituciones oficiales, para que su reinserción a las actividades económicas al cumplir sus sentencias sea más rápida e insistió en la reestructuración del sistema penitenciario.
