*Ganancias multimillonarias para las subcontratadoras y precarización de condiciones laborales.
GABRIEL L. VILLALTA
Como cuando se privatizaron casi regaladas las empresas públicas a partir del gobierno de Carlos Salinas de Gortari; y se convirtieron en deuda pública las deudas privadas de los más ricos y se privatizaron las pensiones en el sexenio de Ernesto Zedillo, para pagarlas entre todos los mexicanos; o cuando se privatizó el petróleo por Enrique Peña Nieto, así ahora se presenta como virtuoso al “Outsourcing”.
Dueños de este tipo de empresas y negocios inhumanos, como Elías Micha, sostienen que la subcontratación “genera empleos” y que su supresión aumentará la desocupación, disminuirá la inversión, la producción, la productividad y hasta generará problemas en el T-MEC.
Un análisis de “El Espectador” concluyó que todo eso es falso, y el “Outsourcing” no genera empleos, sino más bien precariza las plazas existentes o a crearse, en perjuicio del bienestar de los asalariados. Es sencillo, el sistema de subcontratación no puede generar más plazas que las necesitadas por las empresas, pues no tendría dónde colocar a esos empleados.
Lo que hace es abaratar costos de producción, operación o administración de las empresas que les subcontratan trabajadores, pero a costa de malos salarios, exclusión o reducción de prestaciones laborales, incluyendo el registro en el IMSS con menores salarios, con repercusiones desastrosas en las condiciones de vida de quienes viven de vender su fuerza de trabajo.
De acuerdo con los resultados de la investigación, otras consecuencias negativas para los trabajadores es la imposibilidad de generar antigüedad en el empleo, porque laboran con contratos renovables cada determinado tiempo y la anulación de su derecho a la libre sindicalización. Además, las “Outsourcing” tampoco tienen activos para embargarlos en caso de pago de indemnizaciones.
Las cotizaciones al IMSS con salarios inferiores a los reales tendrán consecuencias casi criminales en el largo plazo para los trabajadores, porque cuando se jubilen sus pensiones estarán determinadas por el ingreso oficial; es decir, más bajo que el real.
Ya de por sí la privatización del sistema pensionario otorgará pensiones promedio equivalentes al 30 por ciento del último salario, en estos casos esa merma será mucho más grave porque ese 30 por ciento será sobre salarios más bajos de los reales.
En esta sección se ha examinado también las consecuencias negativas del “Outsourcing” en las finanzas públicas federales, por el sub registro de salarios, el no registro de trabajadores en el SAT, que permite pagar menos impuesto o evadirlos, más las facturas falsas que entrega a las empresas contratantes para acreditar gastos no hacen, en perjuicio del fisco. El alquiler de trabajadores a otras empresas daña su dignidad.
La otra falsedad es la de que afectará a México en el TEC-MEC, cuando precisamente ese acuerdo comercial México-Estados Unidos-Canadá exige terminar con la precariedad laboral, que representa una ventaja desleal en el intercambio de productos. Todo esto se oculta.