Los guerrerenses deben preocuparse, porque desde Alejandro Cervantes, allá por la década de los ochenta, no han tenido un buen gobernador, y los que ahora buscan la candidatura para el cargo no son garantía de una gestión eficaz.
El peor de todos es Manuel Añorve Baños, del PRI, seguido de Félix Salgado Macedonio, de Morena. Ambos gobernaron mal a Acapulco. Añorve lo hizo dos veces, pero fue un desastre. Por eso cuando compitió como candidato a gobernador en fue aplastado en las urnas por tres votos a uno en ese puerto, cuyo municipio concentra un alto porcentaje del padrón electoral del Estado.
La gente no olvida su pésima gestión, aunque a él le ha ido muy bien: con el padrinazgo de Manlio Fabio Beltrones nunca ha dejado de ocupar cargos, aunque sean de representación proporcional, como es su actual senaduría.
Los otros aspirantes tampoco han mostrado eficacia ni honestidad en la función pública, aunque ni de lejos pueden compararse con el posible candidato PAN-PRI-PRD.
