El director del Centro Médico “Adolfo López Mateos”, quien sin tener derecho inmunizó a su familia contra el coronavirus, ha sido suspendido de sus labores y posiblemente pierda el cargo por falta de probidad, lo cual le impediría ser indemnizado, del caso poco o casi nada se ha comentado ya.
Quedar fuera del gobierno podría ser un contratiempo para el médico, pero sus problemas podrían agravarse todavía más ante los numerosos señalamientos del personal del nosocomio sobre presuntas irregularidades en el manejo del hospital y los programas de atención a la salud de la población más vulnerable en el Estado de México, con sospechas de haberle transferido insumos a su hospital privado, donde por cierto, un familiar suyo de los que habrían sido vacunados sería también directivo.
Si nada es cierto, todo quedará en la suspensión y posible despido ocasionado por el asunto de las vacunas, pero si le encuentran irregularidades graves y el gobernador Alfredo del Mazo Maza y el titular del ISEM, Gabriel O’Shea Cuevas no lo protegen más, enfrentará severos problemas legales.
A su favor tiene que nadie ha interpuesto alguna denuncia formal por malos manejos en el hospital; además, las contralorías del ISEM y la estatal parecen no enterarse nunca de actos corrupción en suelo mexiquense y, por si fuera poco, también está el aspecto político, el funcionario en cuestión se desempeñó en ese cargo desde los tiempos de Eruviel Ávila Villegas y conoce el teje y maneje del sector salud en Edomex, también se dice tiene fuertes vínculos con otras figuras políticas interesadas no solo en protegerlo contra cualquier proceso, sino en mantenerlo incluso en el mismo puesto.
Los que no están nada contentos son los médicos de la primera línea de atención a pacientes covid en ese Centro Médico, cuya vida y la de sus familiares está en juego todos los días y a quienes el director se habría saltado para vacunar a su familia y poder seguir haciendo sus vidas normales en el lucrativo ámbito privado.