*Son las elecciones más estratégicas para los mexicanos en más de un siglo.
De la redacción
(Primera parte)
Los procesos electorales en marcha, para elegir diputados federales, 15 gobernadores, diputados locales en 30 estados (menos Coahuila y Quinta Roo) y alcaldes en todas las entidades federativas (excepto Durango e Hidalgo), tendrán la mayor importancia de orden estratégico desde hace más de un siglo.
En el Estado de México comenzó con un IEEM sin presidente -por la muerte del consejero Pedro Zamudio Godínez el 24 de diciembre-, donde quedó como encargada del despacho, pero por no más de 30 días, la consejera Laura D. Durán Cejas.
Por primera vez desde el fin de la dictadura porfirista, “la búsqueda de los votos involucrará la lucha por la consolidación de un modelo de desarrollo de orientación popular, por parte de Morena y sus aliados; y de freno e inicio de la reversión y vuelta al neoliberalismo, por parte de la oposición partidista y de la ultraderecha empresarial”, explicó el académico Leoncio Mata Zárate.
En las contiendas comiciales, cuya jornada de votación se efectuará el 6 de junio, no sólo estarán en juego esos relevantes cargos de elección popular, como ocurre cada tres y seis años, sino fundamentalmente se disputará una porción del aparato del poder de Estado y la correlación de fuerzas políticas.
Empero “no se trata de la simple alteración de la correlación de fuerzas en el sistema mexicano de partidos, como ocurrió en el 2000, sino de su empleo, uso y utilidad, y en favor de qué sectores sociales opera esa correlación”, expuso el también articulista de “El Espectador”.
Arrebatarle a Morena su mayoría en San Lázaro, para atar de manos al presidente López Obrador, es uno de los objetivos estratégicos de la oposición partidista y empresarial. No debemos olvidar, apuntó, que la Cámara de Diputados Federal es fundamental dentro del aparato de poder de Estado. Ahí se decide el gasto público federal y su orientación.
Poco se reflexiona al respecto, pero en más de un siglo la disputa por los cargos de representación popular de los estados y de legisladores federales no habían tenido un carácter estratégico como ahora, reiteró Mata Zárate. Recordó, como dato adicional, que “desde la dictadura de Porfirio Díaz ni un solo diputado federal se había reelegido, por prohibición constitucional”.
La lucha por el aparato de Estado y la definición de a quién sirve en forma prioritaria el poder del Estado, explica la alianza electoral del PRI con el PAN y el PRD y la participación hiperactiva de la ultraderecha empresarial y sus grandes medios informativos en los procesos electorales de este año, como nunca lo habíamos visto, abundó el colaborador de este semanario y académico.
“No es sólo el número de posiciones de poder en juego para el 6 de junio, el mayor en la historia electoral del país, por más que eso sea importante, sino las motivaciones de los partidos contendientes y de los poderes fácticos económicos y mediáticos, pues lo que se decidirá en las urnas es la consolidación, orientación, objetivos y alcances de la llamada cuarta transformación o el inicio de la vuelta al pasado”, destacó.
Un alto porcentaje de los votantes, aseveró, no perciben lo que está en juego en estos procesos electorales. Y “lo ignoran porque deliberadamente los poderes fácticos económicos, su vertiente mediática y sus brazos electorales en que se convirtieron los partidos de oposición, lo ocultan, desinforman y generan confusión, porque no les conviene que los electores reflexionen en lo que representan las elecciones de este año”, concluyó.