*“Los chuchos”, Carlos Urzúa, Lily Téllez y Aguilar Camín se derechizaron.
Macario Lozano R.
En la Alemania Nazi hubo ex militantes comunistas adheridos a la causa de Hitler que fueron los más despiadados con sus antiguos compañeros de ideología, en la línea de la vieja sentencia del “odio de los conversos”.
En el plano nacional destacó el caso de Octavio Paz, antes de izquierda y después de derecha: se convirtió en odiador de la izquierda. Y en Latinoamérica sobresalen en esto Mario Vargas Llosa, Luís Almagro, cabeza de la OEA, y Lenin Moreno, presidente de Ecuador. Y son pocos los cuadros de la derecha que se incorporan a la izquierda.
Ocurre justamente eso en el México de nuestros días, con quienes alguna vez se dijeron de izquierda o simpatizaron con esa corriente, inclusive lucharon por esos ideales y ahora son furibundos críticos y calumniadores del gobierno de la cuarta transformación, de corte popular y progresista.
Son numerosos quienes abandonaron la ideología de izquierda, con casos extremos como el de “Los Chuchos”, uno de los cuales formó parte de la lucha guerrillera para, por la vía de las armas, destruir al régimen del PRI.
Jesús Zambrano militó en un grupo de la guerrilla urbana, fue herido y capturado y después liberado, para terminar en la lucha electoral en favor de un sistema socialista, pero ahora sumó al PRD a la lucha contra el presidente Andrés Manuel López Obrador y Morena, en una alianza con el PAN y el PRI; es decir, sus antes enemigos a derrotar mediante las armas.
El dirigente perredista y los miembros de su corriente interna en el ahora minúsculo partido del sol azteca son de los más enardecidos críticos del nuevo gobierno, y desde su insignificante peso numérico apoyan la causa de la derecha en la lucha contra el lopezobradorismo.
Rosario Robles Berlanga y Ramón Sosa Montes, ex cuadros perredistas ahora en desgracia, también se convirtieron a la causa del priismo, pero antes atacaron y ejecutaron juego sucio contra López Obrador, junto con Carlos Salinas de Gortari, Diego Fernández de Cevallos y Juan Collado.
Como conversos llegaron al extremo de incurrir en actos de corrupción en el gobierno federal de Enrique Peña Nieto para desviar fondos públicos para las campañas del PRI y en contra de Morena.
Con odio enfermizo contra Morena, López Obrador y la cuarta transformación está igualmente Lily Téllez, aunque su caso no es propiamente de conversión ideológica, pues ni idea tiene de lo que es ser de izquierda, y más bien se trata de ingratitud, pues jamás hubiera ganado una senaduría si no hubiera sido por López Obrador y Morena, que la apoyaron como candidata.
Entre las conversiones ideológicas, odio incluido, a su anterior pertenencia de grupo destaca igualmente Carlos Urzúa, quien fue secretario de Hacienda y Crédito Público con López Obrador. A su salida del gabinete se convirtió en el más furibundo crítico del gobierno al cual sirvió, aprovechando el espacio que le abrió uno de los diarios opositores a la cuarta transformación.
En la extensa relación de conversos odiadores del nuevo gobierno figura Héctor Aguilar Camín, un intelectual de izquierda cooptado por Carlos Salinas de Gortari y seguido de frente con los siguientes mandatarios priistas y panistas, lo que lo enriqueció y motivó el viraje a la derecha, de la cual es ahora uno de sus ideólogos, practicante de “el odio de los conversos”.