*Viejo priista de Ecatepec compara la corrupción de antes con la 2012-2018.
De la redacción
Ecatepec, Méx.- Sin apuros económicos, pero sin dinero de sobra, con hijos y nietos profesionistas apolíticos, con 65 años de militancia priista, don Bibiano (nombre ficticio, para proteger su identidad) habla con “El Espectador” sobre lo que era la política para los jóvenes de su tiempo, quienes tenían inquietudes y aspiraciones a hacer carrera en esa actividad.
Sin abandonar su pertenencia al partido antes casi único, al cual ingresó a los 17 años, entró en receso forzado hace 12 años, porque los mandos partidistas ya no le dieron participación, confiesa que no acude a votar, porque no puede apoyar a sus compañeros, que se volvieron muy corruptos, pero tampoco puede sufragar en contra, porque al PRI le debe cuanto tiene y el haber podido formar profesionalmente a sus dos hijos y una hija.
Buen conversador, con energía aún, lúcido, con movilidad que no evidencia sus ocho décadas de vida, “a pesar de que cuando joven y también ya maduro tomaba seguido por razones de la política”, comenta al respecto don Bibiano.
Fue regidor, diputado local y federal, líder local del PRI, pero no pudo ser alcalde, a pesar de ser oriundo de esta ciudad-municipio, uno de los más de mayor marginación y pobreza del país. Se enorgullece de cómo lo respetan donde vive y de que sus hijos y nietos sean personas de provecho.
Fue de los que exigían que un gobernador fuera del Valle de México, pero decepcionado acusa que su paisano Eruviel Ávila Villegas “fue quien menos hizo por esta tierra”, además de haber desprestigiado a los priistas de la región por su ineptitud y corrupción. “Sé que ahora vive en Las Lomas de Chapultepec, de la Ciudad de México”, comenta.
En sus tiempo, recuerda, el PRI era la única vía para ocupar cargos públicos de elección popular y designación, por lo cual sus correligionarios y contemporáneos se incorporaban a sus filas.
“La política era la fórmula para salir de pobre, pero entonces no se mencionaba la palabra corrupción, y si llegaba a tocarse el tema, no tenía la connotación de ahora, aunque también esa corrupción era juego de niños frente a la actual”, reconoce.
“Creo que el monto de las fortunas acumuladas mediante la corrupción por los jefes revolucionarios triunfadores, como Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles palidecen frente a lo que en seis años amasaron los más corruptos del anterior sexenio. Y aquellos expusieron la vida en los campos de batalla y en la lucha de facciones”, compara el viejo priista.
Comentó enseguida que él ingreso al PRI cuando era adolescente, en el sexenio de Miguel Alemán, quien después y antes de José López Portillo, Carlos Salinas de Gortari y Enrique Peña Nieto era considerado el mayor ladrón de los presidentes. “Nosotros ni cuenta nos dábamos de eso”, explicó divertido el experimentado político, que dice vivir feliz, porque pobre no es y no le ha hecho mal a nadie, “ni a la oposición”, abunda.
Corrupción aparte, destaca, “los priistas de antes resolvíamos o intentábamos resolver de verdad los problemas de la gente hasta donde era posible. Al último esto no les importaba, sino sólo acumular fortuna con el saqueo de fondos públicos”. Declina opinar sobre López Obrador. “No quiero aparecer como barbero”, justifica.
Con la lógica que dan los años, confiesa que participó en fraudes electorales, pero eran trampas que no perjudicaban a la oposición, que era prácticamente “fantasma” y sus campañas electorales, simbólicas.
“Se trataba de inflar la votación, para que nuestros candidatos ganarán con muchos votos, aun en los distritos o municipios donde no había candidato opositor. Por eso digo que no le hacíamos daño a la oposición”, concluye don Bibiano.
Antes se dijo agradecido con el PRI, pero reprueba la corrupción de sus correligionarios e ahora, porque “ya no se trata de superar la pobreza, sino de saquear los fondos públicos lo más que se pueda”.