
*Desde noviembre comenzaron las filas para obtener préstamos prendarios.
De la redacción
La pandemia de Covid-19, que dañó salud y arrebató a la vida a cerca de 20 mil mexiquenses, también impactó severamente la economía de las mamilias, especialmente a las de bajos ingresos.
Para sobrevivir a la crisis sanitaria y económica, miles de empresas suspendieron actividades con el consiguiente despido de trabajadores o la reducción importante de sus salarios.
Estos segmentos de la clase asalariada no tenían capacidad de ahorro, ni otras formas de obtener ingresos, por ello un alto porcentaje comenzó desde finales de octubre a recurrir a las casas que otorgan préstamos con garantía prendaria. La demanda de crédito se intensificó en noviembre y diciembre.
Los problemas es que estos establecimientos, que han proliferado en los últimos años, cobran altos intereses, y los urgidos de dinero al final agravan su comprometida situación económico familiar por esos elevados réditos.
En muchos casos lo que cobran llega a ser del ciento por ciento sobre lo prestado, y resulta gravoso para quienes carecen de posibilidades inmediatas de obtener ingresos para pagar los préstamos y recuperar sus prendas.
Las condiciones de los créditos cambiaron mucho en perjuicio de la población pobre, porque hasta las antes denominadas instituciones privadas de asistencia -como el Nacional Monte de Piedad (NMP)- encarecieron el dinero que presta.
De acuerdo con personas entrevistadas por este semanario, “el Monte” elevó la tasa de interés de sus créditos hasta alcanzar el 48 por ciento; es decir, 15 veces más que el nivel de la inflación.
Y es la casa de préstamos prendarios con el interés más bajo en el mercado, pues peor está la situación para la gente pobre en las otras empresas que claramente son de lucro. El riesgo de no poder cubrir los intereses y pagar el principal es alto.
En estas circunstancias, es altamente probable que no puedan desempeñar sus prendas, adquiridas con muchos sacrificios y, consecuentemente, las pierdan.