*El de Tamaulipas admitió que su gobierno acreditó gastos con facturas falsas.
De la Corresponsalía
A pesar de haberse tipificado al fraude electoral como delito grave, las leyes punitivas locales no han sido reformadas para castigar esta práctica muy arraigada en los gobernadores desde hace tiempo.
Las tentaciones e interés de los mandatarios estatales salientes por ganar aun con trampas será grande; sobre todo, en los casos de los gobernadores de la llamada alianza federalista, en cuyos estados se efectuarán elecciones para relevarlos, destacó Roberto Sanabria Carrasco, politólogo, observador y estudioso del tema.
Los gobernadores de oposición salientes, pero especialmente los que buscaron confrontarse con el presidente Andrés Manuel López Obrador, como Javier Corral, de Chihuahua; Francisco García Cabeza de Vaca, de Tamaulipas; Jaime Rodríguez, de Nuevo León; Silvano Aureoles, de Michoacán; y en Menor Medida, el de Querétaro, tienen mucho temor de perder sus estados, explicó.
Tienen presente lo que les pasó a los exgobernadores César Duarte; a Javier Duarte, Roberto Borge y Roberto Sandoval, presos los tres primeros y con orden de aprehensión y prófugo el último, citó Sanabria Carrasco, hace varios años funcionario electoral guerrerense.
La tradición en los cambios de gobierno era que el mandatario entrante encubría las raterías del saliente, aunque fuera de otro partido, pero en estos casos no ocurrió así, y el riesgo de que los nuevos gobernadores les ajusten cuentas les preocupa mucho. Como las leyes penales locales no consideran grave el fraude electoral, difícilmente se contendrán para intentar al menos alterar la voluntad popular y alejar el peligro de ser llamados a cuentas; sobre todo, porque el gobernador de Tamaulipas reconoció que su administración acreditó con facturas falsas gastos financiados con fondos federales, aseveró.
Esta situación será más difícil para los gobernadores aliancistas que pierdan sus estados ante candidatos de Morena, porque donde el PAN releve al PRI y el PRI al PAN, los salientes no enfrentarán problemas, destacó el especialista en temas electorales.
Sobre el caso de Guerrero, explicó, el gobernador Héctor Astudillo Flores no forma parte de la alianza federalista, y no tiene la animadversión de Morena, pero el riesgo de fraude electoral estará en los intereses caciquiles que lo impusieron.