El próximo jueves será suprimido el Órgano Superior de Fiscalización del Estado de México (OSFEM), mediante el cual el Poder Legislativo vigila, fiscaliza y sanciona el ejercicio del gasto público estatal y de los municipios.
Será sustituido por la Auditoría Superior del Estado de México, como parte de la estrategia de la mayoría legislativa de Morena y sus aliados para combatir la corrupción en suelo mexiquense.
El sistema estatal de fiscalización no ha funcionado en beneficio de la sociedad; como tampoco lo ha hecho el sistema anticorrupción del Estado y Municipios, ambos han servido a los intereses de los gobernadores y presidentes municipales. Los casos de funcionarios estatales o municipales denunciados y encarcelados por corruptos no llegan a tres.
Cuando el PRI tenía mayoría en el Poder Legislativo los auditores del OSFEM llegaron a destinar los sábados y domingos para asesorar a los alcaldes sobre cómo ‘cuadrar’ sus ingresos y egresos a modo de evitarse problemas con las auditorías. Muchos se enriquecieron con la protección a los corruptos.