EN LAS EXTRADICIONES, LA FGR Y LA SRE TIENEN CADA UNA SU PAPEL Y NO PUEDEN HACERLAS SOLAS
Macario Lozano R.
Tras el anuncio de que las autoridades norteamericanas liberarían al general Salvador Cienfuegos Zepeda, numerosas organizaciones civiles exigieron la renuncia del fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero, por no haber vinculado a proceso al general mexicano acusado por la DEA de tener vínculos con narcotraficantes.
Esas mismas organizaciones, además, lo acusaban de haber renunciado a la autonomía constitucional de la institución, al dejar que el caso lo tratara con Estados Unidos la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).
Sólo con mucha ignorancia, desconocimiento o mala fe puede considerarse condenable la intervención de la cancillería, pues a ella le corresponde exclusivamente llevar las relaciones y convenios de México con Estados Unidos y cualquier otra nación del orbe, no a la FGR.
También a la SRE le compete tramitar las extradiciones a nuestro país y recibir las solicitudes que presenten otros países. Y en el primer caso, sólo puede gestionar la extradición de un mexicano si así lo demanda el Poder Judicial, el Federal o de cualquiera de los estados.
La FGR no puede hacerlo directamente, aunque sea autónoma, tampoco los gobernadores, aunque las entidades federativas tengan soberanía interna. Todos estos tipos de trámites invariablemente deben pasar por las manos de la SRE.
Por eso Javier Corral, el gobernador de Chihuahua, solicitó a la SRE que gestione la extradición de César Duarte. Si legalmente pudiera hacerlo él solo, lo hubiera hecho sin intermediación de la SRE, pero no es así como funcionan las relaciones entre naciones.