*Las vialidades no son suficientes para la cantidad de habitantes y vehículos.
De la Redacción
La ciudad de Toluca, una de las más contaminadas del continente, ha vivido la explosión de la mancha urbana de manera constante en las últimas décadas, no así la dotación de servicios, la construcción de vialidades, ni las obras de amortiguamiento ambiental.
En un municipio con más de 910 mil habitantes, es decir, casi un millón, el anuncio de la nueva autorización del GEM dada un desarrollador para la construcción de más de 2 mil viviendas de nivel medio podría no ser significativo; sin embargo, en una ciudad con más de 2 millones de habitantes, con graves problemas de insuficiencia de vialidades, con grandes segmentos de la población sin acceso regular al agua y drenaje, con problemas ambientales derivadas de un cambio de uso de suelo sin control y con una falta evidente de espacios públicos, áreas verdes y parques, el anuncio de esas viviendas se convierte en un asunto que invita a la reflexión sobre el contraste en la realidad que ven las autoridades y la población en esta región.
No existe un informe oficial sobre la escasez de vivienda en la demarcación, ni un censo actualizado, al menos público, que aborde el tema de la oferta y demanda de vivienda en el territorio. Más aún, la conurbación de Toluca y al menos otros 7 municipios obliga a un enfoque metropolitano de este tipo de asuntos.
Al dar a conocer la noticia, el gobierno del Estado mencionó la inversión esperada para el proyecto, la cual supera los 2 mil 640 millones de pesos, para una inversión promedio de 1.6 millones por vivienda autorizada.
Sin embargo, las autoridades nunca toman en cuenta el costo de los impactos ambientales, viales y sociales implícitos en el crecimiento irracional de la ciudad, ni mucho menos las proyecciones de crecimiento poblacional.