Macario Lozano Ramírez
La mayor tormenta invernal en la historia reciente de Texas, ocasionó el corte del abasto de gas natural a México, afectando de manera severa la economía del norte del país, pero también ha puesto al descubierto el grave y delicado problema de la dependencia energética que propiciaron los gobiernos mexicanos de este siglo en materia de gas natural.
De acuerdo con las autoridades, 80 por ciento del gas empleado para la generación de energía eléctrica se importa, y de ese volumen el 80 por ciento proviene de Texas. La zona norte de nuestro país, especialmente los estados limítrofes con Texas son los principales usuarios de ese flujo producido con el hidrocarburos importado.
Sin embargo, la necesidad de importar gas natural es una situación generada artificialmente. México es deficitario en gas natural debido a la política energética aplicada por Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, quienes abandonaron la producción de este energético y de crudo (en realidad a toda la industria petroquímica) y convirtieron a México en dependiente de los Estados Unidos, con todos los riesgos que eso representa para la soberanía nacional.
En esta ocasión se trató de un fenómeno natural atípico, por el momento, pero es suficiente para imaginar lo que sucedería si por razones políticas imperiales, económico comerciales, o por un simple arranque de locura de un presidente de los Estados Unidos se decretara un embargo de gas natural y se nos cerrara la llave.
Y así como sucedió con el gas natural, a esos mismo gobiernos debe atribuirse la dependencia de gasolinas, porque dejaron de producirlas, y abandonaron y desmantelaron la infraestructura para su producción en territorio nacional. Malbarataron el crudo y abandonaron las refinerías. Comprar gasolina en el extranjero representó ganancias en “mordidas” para los funcionarios corruptos quienes se enriquecieron sobremanera, pero significa un grave riesgo para la soberanía de nuestro país.
El caso evidenció un asunto muy grave, ocultado del escrutinio público por autoridades corruptas y traidoras a la patria, pero también por los medios y grupos empresariales adversarios del actual gobierno, y que están entre los beneficiarios de esta dependencia energética.