Augusto L. Robles
La captura en Estados Unidos de Emma Coronel, esposa de Joaquín “El Chapo” Guzmán, quien purga una condena de cadena perpetua en una cárcel de máxima seguridad en ese país, presenta muchos ángulos para el análisis, comenzando por su imprudencia al viajar al vecino país, en el cual los antecedentes familiares no le son favorables.
No obstante, hay un aspecto que debe preocupar a los mexicanos: se le acusa por su participación en los preparativos para la fuga del antes poderoso jefe del “Cartel de Sinaloa”.
Ese presunto ilícito lo haría cometido en México, por lo cual la justicia de Estados Unidos no puede, ni debería investigarlo, mucho menos sancionarlo, pues sus leyes no tienen jurisdicción en territorio mexicano.
Junto con la noticia de su detención, también circuló información sobre otros presuntos ilícitos cometidos por la esposa del capo, quien por cierto acudió a las audiencias del juicio de su esposo, sin que en ese momento se supiera o sospechara de estas investigaciones.
Trascendió que Coronel cuenta con doble nacionalidad, y hasta el momento no se sabe que haya solicitado ayuda consular, ni si el gobierno mexicano participará de algún modo en el proceso.