*La reforma peñista entregó a los particulares un negocio de ganancias garantizadas a costa del erario.
De la Redacción
Los medios informativos le denominan “contrarreforma” a la iniciativa de cambios a la Ley de la Industria Eléctrica, para recuperar la rectoría del Estado en la materia, la cual está en estudio en la Legislatura Federal, pero esa idea está muy alejada de la realidad, sostuvo Gabriel Villalta, colaborador de “El Espectador”.
“Contrarreforma fue la de Peña Nieto, porque esa ley convirtió a la Comisión Federal de Electricidad en una agencia de venta de las empresas privadas extranjeras y nacionales que generan electricidad en el país, para lo cual incluso reciben subsidios de miles de millones de pesos al año”, explicó.
La legislación vigente y los contratos firmados entre los gobiernos de Calderón y Peña y los generadores particulares obligan a la Comisión Federal de Electricidad a darle prioridad en la conducción, distribución y comercialización a la energía eléctrica producida por particulares “y sólo después despacha la que generan las plantas de la empresa pública”, abundó.
Pero no solo eso, también exime de pagos a los particulares por esos servicios de conducción, distribución y comercialización, la CFE queda al servicio de los productores particulares y ni siquiera se contempla un cuota por el uso de sus infraestructura, ya ni se diga una comisión como agente de ventas, nada. “Todo es negocio para los particulares, incluso se contemplan subsidios para la producción, un verdadero saqueo al erario”, advirtió Villalta.
“La reforma de la 4T busca corregir esta situación, pero enfrenta presiones, amenazas y chantaje de los intereses económicos involucrados en la explotación del mercado nacional de la energía eléctrica, los cuales pagan campañas en medios informativos para desprestigiar la propuesta. Llegando al cinismo de llamarla ‘Contrarreforma’, cuando bien saben que no es el caso”, concluyó.