De la Redacción
Para quienes pensaban que Joe Biden era un demócrata de verdad y respetuoso de las leyes internacionales y de la soberanía de las naciones lo ocurrido esta semana en Siria fue un duro golpe a esa confianza y esperanza.
El nuevo presidente estadounidense ordenó bombardear el este de Siria, en la región de Deir al Zur, cerca de los límites con Irak. El operativo militar, avalado por los países miembro de la coalición que lideran los Estados Unidos dio muerte a 27 presuntos guerrilleros proiraníes, sin que hasta el momento se hayan reportado más bajas, lo cual no está descartado.
No le importó violar el espacio aéreo de Siria, con desprecio a las leyes internacionales, porque no está en guerra con esa nación del Medio Oriente.
En este caso, la decisión presidencial estuvo en línea con las políticas imperiales de su país, que consideran prioritarios los intereses norteamericanos por encima de soberanías exteriores. En esto nada ha cambiado con respecto a su predecesor en el cargo, Donald Trump, salvo la estrategia de comunicación del operativo militar.
