Pasarán muchos años y los aficionados al box seguirán recordando la segunda pelea del mexicano Francisco “Gallo” Estrada contra el nicaragüense Román “Chocolatito” González. No sólo fue unificatoria de los títulos mundiales supermosca del CMB y la AMB, sino también se trató de los mejores pugilistas del planeta en ese peso. Además, González le había quitado lo invisto a Estrada hace 8 años.
Se esperaba una gran pelea, resultó mejor de lo previsto. La entrega, pero también la técnica, la abundante cantidad de golpes, su ejecución, potencia, la limpieza del combate (casi no hubo abrazos) y la enjundia de ambos peleadores dieron como resultado uno de los grandes combates de todos los tiempos.
Dos de los jueces vieron ganar al “Gallo” Estrada. En realidad los aficionados hubieran deseado que las reglas del boxeo mundial hubiesen permitido declarar triunfadores a ambos. Un empate habría sido un resultado más justo.