*Los delincuentes sabían que habría un patrullaje y prepararon la emboscada.
De la redacción
La masacre de 8 policías de la Secretaría de Seguridad (SS) y 5 de la Fiscalía General de Justicia del Estado (FGJEM) en Coatepec Harinas, el jueves 18 del pasado mes continúa generando reacciones críticas a la estrategia aplicada ese día por ambas instituciones.
Las escenas difundidas en las redes sociales y en las cadenas nacionales de televisión mostraron a las víctimas con escaso equipo antibalístico, un error grave cuando se patrulla en una zona con fuerte presencia de criminales organizados, como lo denunció la asociación “Ciudadanos Uniformados”.
Entrevistas con habitantes del municipio, las cuales no recibieron la debida atención, a pesar de evidenciar una riesgosa situación, indican que los delincuentes les pidieron que no salieran de sus casas, para evitarse problemas:
Eso prueba que el grupo armado tenía información de que se efectuaría el recorrido de los elementos de seguridad por el sitio y preparaban la emboscada fatal para los 13 policías, según especialistas en el tema, consultados por “El Espectador”.
En contrapartida, los mandos policiacos y los elementos de seguridad victimados desconocían lo que se preparaba en su contra, precisamente por falta de trabajo de inteligencia previo y eficaz.
No se enteraron de que los agresores habían anticipado mediante advertencias abiertas a los pobladores del lugar que habría violencia. Las áreas de inteligencia no fueron capaces de percatarse de lo que les prepararon a las 13 víctimas.
Con esa información se hubiera evitado la ruta o se hubiese preparado un operativo de gran dimensión, con más elementos y armamento para capturar a los malhechores.
“Ciudadanos Uniformados” criticó la estrategia errónea, y especialmente la falta de trabajo de inteligencia previa que permitiera conocer el número de hombres armados, el tipo de armas y su capacidad de fuego.
La asociación puso énfasis, además, en que los elementos no estaban protegidos con chalecos antibalas, ni su armamento era acorde con la capacidad de fuego de los delincuentes.
Otros estudiosos del tema llamaron la atención la presencia y acciones mortales de células de la delincuencia organizada a sólo 74 kilómetros de la capital del Estado y la falta de apoyo oportuno solicitado por las víctimas cuando eran atacadas. La demora permitió igualmente a los agresores escapar sin riesgos de ser capturados, señalaron.