Gabriel L. Villalta
Hace unos meses sostuvimos aquí que la clase empresarial cargaría a los consumidores sus pérdidas económicas ocasionadas por la pandemia. Ya está ocurriendo. Hay un incremento artificial en el precio al público de productos básicos, en perjuicio de la población, que ahora se ve afectada por partida doble: los salarios en los nuevos empleos son inferiores a los niveles pre pandemía; y los costos de vida, mayores.
En este tema debe agradecerse la sinceridad de Dirrel Bensd, directivo de la aseguradora Axa México. Anticipó que el sector de las aseguradoras elevará sus primas, para resarcirse el desembolso de las grandes sumas pagadas por el uso intensivo de los seguros de gastos médicos mayores, los cuales fueron superiores -por mucho- al promedio, debido a la pandemia de Covid-19.
A estos gastos se agregaron los pagos por seguros de vida hechos a los beneficiarios de quienes murieron por el mismo coronavirus. Bensd abiertamente dijo que esas pérdidas las tendrán que cubrir al final los clientes de las aseguradoras.
Y algo similar está ocurriendo con el resto de las industrias, el comercio y los servicios, sobre todo aquellas que presentaron una fuerte disminución en sus volúmenes de ventas, pero han visto incrementarse sus costos.