De la Redacción
Las y los periodistas que cubren la “fuente” de la Legislatura mexiquense se sintieron defraudadas(os) cuando se frustró la posible candidatura del obispo emérito de Ecatepec, Onésimo Cepeda, quien parecía enfilarse hacía una curul.
Es inelegible por su condición de sacerdote, a la cual no ha renunciado y por ello, al menos en esta ocasión, no puede participar en política.
Ya se frotaban las manos y los oídos ante lo que parecía seguro: el arribo del religioso a a diputación. En especial ya se imaginaban a Cepeda en la tribuna de la representación popular mexiquense debatiendo sobre temas como el aborto o el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Eso no ocurrirá. El primer obispo de Ecatepec, quien en un año construyó su catedral gracias al apoyo de los más ricos del país, con su conocido lenguaje explicó que iba a buscar la diputación porque estaba cansado de “ver tanto pendejo” en la política.