Augusto L. Robles
Juan Rodolfo Sánchez Gómez, alcalde de Toluca, lleva todas las de ganar y nada que perder en su intento por reelegirse en el cargo. Solicitó licencia de unos días, se venció y reasumió sus funciones, pero solo por otros cuantos días. Ahora ya pidió y obtuvo una segunda licencia para ausentarse del cargo del 19 de este mes y hasta el 7 de junio.
Es decir, gane o pierda volverá a ser alcalde del 8 de junio hasta el 31 de diciembre de 2021. Si gana la elección seguirá su desastrosa gestión en diciembre de 2024. Lo que no informó es si ésta última licencia es sin goce de sueldo o si seguirá cobrando aun con la condición de candidato al puesto que ocupa.
Cuando ganó por segunda vez la alcaldía se pensó que por gobernar el municipio cuya cabecera es asiento de los poderes estatales, si Sánchez Gómez hacía un trabajo bueno, ya no se diga destacable, se convertiría en prospecto para la candidatura de Morena en 2023. No sucedió.
Pese a tener la experiencia previa en el cargo, no creció e incluso realizó una gestión peor que su primera. Esta vez no construyó una sola obra importante, ni mejoró la infraestructura urbana, vaya ni siquiera embelleció la ciudad. Tampoco cuidó los intereses de los toluqueños: tan solo de lo que se ha dado a conocer, pagará por la renta de patrullas, incluyendo las que permanecen estacionadas, 574 millones de pesos, cuando con 181 millones de pesos pudo comprarlas nuevas; es decir, se gastó tres veces más, y el contrato ni siquiera cubrirá sus tres años de gestión y ahora el municipio corre el riesgo de quedarse sin patrullas suficientes para proteger a la población.
En Morena insisten en que en realidad el pobre trabajó realizado fue deliberado, para hacer quedar mal a ese partido y entregare el municipio a la alianza PRI-PAN-PRD, y que si triunfa será a pesar suyo.
