*Se les olvidó jugar bien como al inicio. *Discriminan en sueldo a mujeres.
De la redacción
El equipo de futbol del Deportivo Toluca despertó muchas esperanzas en el primer tercio del torneo, por los buenos partidos ofrecidos y los resultados positivos. Entusiasmaban a sus seguidores las posibilidades de ganar el campeonato, como no lo hacía desde el 2010.
Como conjunto jugó bien y ganaba. Los buenos refuerzos justificaban su contratación, y hasta muchos aficionados cuestionaban el por qué en la primera época del entrenador Hernán Cristante el grupo jugó tan mal.
Los “choriceros”, como los viejos seguidores llaman todavía al club, hablan de boicot de los jugadores en contra del técnico en su primera estancia al frente, por lo mal que jugaban y no explicaban, ni acreditaban su condición de futbolistas profesionales.
Salió el entrenador y llegó José Manuel de la Torre, y las cosas no mejoraron, y otra vez se habló de deliberado mal desempeño del equipo para despidieran al jalisciense, como ocurrió. Nada de mala fe se probó, pero en la segunda estadía de Cristante las cosas mejoraron mucho, hasta que otra vez el conjunto comenzó a jugar mal, inexplicablemente.
Sobre todo, porque ahora, a diferencia de las dos temporadas anteriores, tiene buenos suplentes, siempre importantes para un equipo en los casos de lesiones, castigo o baja de juego de los titulares. Los malos resultados y la pérdida de enjundia, otra vez motivan los comentarios sobre el boicot.
Lo cierto es que el Toluca necesita ganar todos los juegos restantes y que quienes están arriba los pierdan todos, para tener posibilidades de calificar directamente a la liguilla, algo difícil, si no imposible.
Es seguro que estará entre los 8 equipos que irán a repechaje, pero eso no garantiza llegar a la liguilla; sobre todo, porque otros considerados grandes equipos buscarán los mismos 4 boletos para la fase en la que se decide el título. Y todo por haberse olvidado de jugar bien y ganar.
