1-A muchos sorprende que las organizaciones feministas no incluyan entre sus objetivos de lucha el de terminar con la discriminación económica de las mujeres deportistas; sobre todo, boxeadoras y futbolistas profesionales.
2-Apesar de su profesionalismo y compromiso con sus disciplinas, están excluidas de los salarios justos y son más discriminadas que en ninguna otra actividad. La diferencia, aun en las boxeadoras campeonas mundiales, no son porcentajes mínimos, sino pagas hasta veinte veces menores de cuánto ganan los monarcas mundiales y los futbolistas hombres, aunque sean indolentes y mediocres, pero las organizaciones feministas no se han enterado o no les interesa la inequidad e injusticia a las deportistas.
