*Ganar la mayoría en la Legislatura Local importa mucho a los partidos.
De la redacción
Los partidos PRI, PAN y PRD se presentarán unidos a las elecciones municipales y legislativas locales próximas. Su interés por evitar la repetición de las derrotas de junio del 2018 y la necesidad de recuperar terrenos y fortalecerse para la contienda por la gubernatura en 2023 los hizo prescindir de sus supuestas diferencias ideológicas históricas.
Por el lado de Morena y sus aliados, en estas elecciones se jugarán sus posiciones en los municipios; sobre todo, en los más importantes por su peso demográfico y presupuestal, pero les son igualmente estratégicas las votaciones por los 45 diputaciones locales de mayoría y 30 de representación proporcional, de acuerdo con un análisis de “El Espectador”.
A Morena le urge obtener al menos 38 diputados locales la próxima Legislatura, para garantizar su permanencia por tres años al frente de la Junta de Coordinación Política (JUCOPO). Además deberá evitar deserciones en el próximo trienio, como ocurrió en el actual con Claudia González Cerón, quien se pasó a los adversarios, por no cuidar la selección de candidatos.
Si sólo obtiene mayoría relativa, estará nada más un año en la presidencia del principal órgano de conducción política de la representación popular: la presidencia de la Jucopo sería rotatoria.
La próxima Legislatura será importante como cuerpo colegiado de elección popular pues vigilará el gasto público del gobernador Alfredo del Mazo Maza y le aprobará sus dos últimos presupuestos, pero también lo será por sus tareas puramente legislativas.
Desde la cámara de diputados locales se influye y se tiene la última palabra en el trámite de las reformas constitucionales, las cuales pueden ser aprobadas por unanimidad en la Cámara de Diputados Federales y en el Senado de la República, pero si no la aprueba la mitad de las legislaturas locales no pueden entrar en vigor. Así de estratégicas son ahora las representaciones populares locales.
Ahora desde los estados pueden impulsarse cambios a la Constitución del país o impedirlos, pues basta con que 17 legislaturas locales se opongan y las modificaciones no pasarán, lo cual no ocurría cuando el PRI era hegemónico o las reformas constitucionales no tenían oposición mayoritaria.
En el plano estatal, si Morena no alcanzara con sus aliados los 50 diputados necesarios para reformar la Constitución Política mexiquense, los cambios que intenta hacer a la Máxima Norma estatal no podrán tener el alcance y profundidad que busca la actual mayoría, porque los adversarios no los apoyarán, y tendrán que negociar con ellos y ceder en lo que no conviene al Poder Ejecutivo ni a los intereses que representa la minoría opositora a la cuarta transformación.
La fiscalización misma del gasto público del gobierno estatal, de los municipios, órganos autónomos y auxiliares se dificultaría, como ocurrirá con las designaciones de funcionarios que deben aprobarse por mayoría legislativa calificada.