1-No es exagerado, fantasioso ni falta de respeto sostener que la mayor parte de los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) tienen vínculos con intereses y poderes fácticos políticos y económicos, inclusive delictivos.
2-Nada más es cuestión de revisar la lista de los ministros que acudieron a la boda de la hija de Juan Collado, en Zinacantepec. Ahí se codearon con Raúl Salinas de Gortari, Diego Fernández de Cevallos y Carlos Romero Deschamps, entre otros. El anfitrión está ahora preso por delincuencia organizada, operación con recursos de procedencia ilícita (lavado de dinero) y evasión fiscal.
3-Ya hasta creen que hubieran aceptado una invitación para asistir asistido a una boda de la hija de una familia de clase media, aunque fuera honesta y trabajadora y no presunta delincuente, porque los ministros cojean del mismo pie que el obispo en retiro, Onésimo Cepeda: son amigos sólo de quienes ostenta el poder económico, así sea ilícito.