
Macario Lozano R.
La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), por sus siglas en inglés, la cual financia mediante la embajada de ese país en México a “Mexicanos contra la Corrupción e Impunidad”, es instrumento de la CIA en la desestabilización de gobiernos latinoamericanos no alineados a la política exterior estadounidense para esta región del continente.
Financia a grupos opositores disfrazados de organizaciones civiles y a campañas mediáticas de desprestigio, como la que se hace en México contra el presidente López Obrador, además de impulsar una agenda radical derechista, pero la población -tanto en nuestro país como en el resto del continente- ignora esta realidad, aunque sus actividades no son nada nuevas en la región.
Hace unas décadas, durante el gobierno de Alberto Fujimori (1990-2000), Perú fue objeto de un gran escándalo mundial, porque impulsó el programa de esterilización forzada de mujeres y hombres indígenas de ese país, financiado en realidad por la agencia.
Fueron casi 332 mil las mujeres y 26 mil los hombres indígenas esterilizados, en una de las mayores violaciones masivas de derechos humanos del mundo.
En su defensa, la USAID adujo en el año 2000 que ignoraba el destino que el gobierno de Fujimori le daba al dinero entregado, pero los enterados sostuvieron que sí conocía e impulsó el programa, es más, la agencia lo habría incluso diseñado y apoyado en aspectos técnicos. No obstante, al final, actuó como lo hacen siempre los servicios de espionaje americanos y de cualquier otra potencia:”si te agarran, yo no te conozco y nunca te vi”.