PENSIONES DE ISSEMYM, EJEMPLO DE QUIEBRA
EN SISTEMAS PENSIONARIOS, POR CORRUPCIÓN
LEONCIO MATA ZÁRATE
El pasivo laboral o actuarial del ISSEMYM, como se conoce la necesidad de pagos de un sistema pensionario a largo plazo, supera los 550 mil millones de pesos. La suma jamás podrá ser reunida con las cuotas de los servidores públicos y las instituciones empleadoras, porque ya desde ahora el fondo de reservas está prácticamente agotado.
Unos 4 mil empleados de los poderes estatales, ayuntamientos, organismos con autonomía constitucional y auxiliares cumplieron ya con la edad, el tiempo de servicios y el número de cotizaciones para jubilarse, pero no pueden hacerlo: el sistema pensionario del ISSEMYM carece de posibilidades financieras para cubrir las mensualidades de las nuevas pensiones.
De ese grupo de personas adultas mayores, más de 2 mil llevan dos años esperando los primeros cheques mensuales de sus pensiones, con todos los problemas económicos que esta situación provoca, en una situación que refleja claramente la quiebra de facto del sistema de seguridad social mexiquense.
El problema es común a todos los sistemas pensionarios, especialmente del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en cuanto hace a la modalidad de sistema solidario de pensiones, que exige cada año transferencias de miles de millones de pesos del presupuesto federal para pagar a los jubilados.
De estos pagos no se liberará el gobierno de la República ni siquiera en los casos de las pensiones de quienes ahorran para el retiro en cuentas individuales, porque la privatización de las pensiones de todos modos obliga al Poder Ejecutivo Federal a completar el monto de las pensiones que no alcancen el salario mínimo, y a asumir la entrega cuando se agoten los fondos individuales de las Afores.
Como en el caso del ISSEMYM, el tercer sistema pensionario más numeroso del país después de los del IMSS e ISSSTE, no deberían enfrentar ahora los problemas conocidos. Si están quebrados es porque, en el mejor de los casos, los fondos recaudados por las cuotas obrero-patronales fueron desviados hacia fines distintos a la capitalización del fondo de reservas para pagarles sus pensiones a todos los jubilados o beneficiarios; en el peor, sencillamente se lo robaron en forma impune durante los 30 primeros años en que recaudaron cuotas obrero-patronales, sin pagar un solo peso de pensiones.
Esos recursos económicos, bien administrados, representarían ahora un monto descomunal, suficiente para pagar las pensiones a todos los jubilados y sin riesgos de quiebra o apuros, pero desaparecieron, sin que nadie responda por ello. Los culpables de la mala administración y abierto saqueo del dinero de los trabajadores están impunes, lo mismo en el ISSEMYM que en IMSS y el ISSSTE, así como en los otros 31 sistemas pensionarios estatales. Urge esclarecer el robo y castigar a los culpables de devastar los sistemas de pensiones.
En el caso del organismo mexiquense, su ruina es tan grande que no se superará cargándole a los servidores públicos el costo mediante un incremento del porcentaje de sus aportaciones. Al menos debe castigarse a saqueadores, para hacerle justicia a los aportantes y ponerle fin a la impunidad.