1-Tiene razón el titular del Órgano Interno de Control de la UAEM, designado por la Legislatura Local, al advertir que la “Estafa Maestra” sigue dañando a la institución, y es injusto que una comunidad universitaria de más de 105 mil integrantes cargue con la imagen de corrupción en la que incurrieron no más de 15 funcionarios de la misma.
2-El fiscalizador puede señalar vicios, fallas, limitaciones y corrupción en la UAEM libremente porque depende del Poder Legislativo. Si al contralor lo propusiera el rector en turno, no cabría esperar que señalara todo este tipo de cosas, pues le debería el cargo a los mandos universitarios. Así, en cambio, puede aportar más a la mejora de la institución.
