De la Redacción
(Primera Parte)
Las campañs políticas están están a todo lo que da y, junto con la guerra sucia, las promesas de programas y apoyos bombardean a los potenciales electores; sin embargo, en su frenesí los partidos no siempre se fijan en lo que prometen, tal es el caso de la propaganda panista.
Marko Cortés, el dirigente nacional del PAN, se muestra carente de sentido común: difunde en los mensajes de su partido que, de ganar, éste restaurará el seguro popular, eso es lo peor que pudo ocurrirsele prometer.
Ese programa es uno de los más desprestigiados de los gobiernos federales panistas y priista debido a los altísimos niveles de corrupción, el robo descarado de dinero de las medicamentos, el enriquecimiento ilícito desmesurado de quienes lo operaron -aun de funcionarios menores-, las compras de medidicnas con sobre precio de hasta mil por ciento, la simulación de licitaciones, las adjudicaciones directas multimillonarias y un largo etcétera de corruptelas y conductas criminales.
Hay testimonios de cómo los gobernadores -de todos colores en su momento- se agarraban el dinero de la federación destinado al Seguro Popular, porque el Ejecutivo Federal les dejaba el manejo de esos recursos, los cuales solo sirvieron para enriquecer a funcionarios corruptos y empresarios amigos de los Ejecutivos estatales.
Gabriel O’Shea Cuevas, quien recientemente renunció a la Secretaría de Salud, y fuera la máxima autoridad del Seguro Popular en la presidencia de Enrique Peña Nieto, reconoció ante diputados locales mexiquenses que los gobiernos de las entidades federativas desviaban los fondos del programa e incluso consideró saludable que se haya cancelado.
Ahora Marko Cortés sale a defenderlo y promete volver a destinarle recursos y considerarlo prioritario, lo cual es interpretado como que quiere restaurar la corrupción. A eso llegan las campañas en sus frenéticas promesas. Pero no es el único partido ni la única promesa por el estilo… (Continuará)