Elecciones Trascendentales el Domingo para México, Sí; Pero También Hay Mucho Más en Juego
Augusto L. Robles
Nunca antes unas elecciones legislativas federales intermedias, como se le conoce a las que se efectúan a la mitad de sexenio presidencial, habían interesado tanto a las cúpulas del empresariado nacional o, para el caso, el internacional como ahora. Y es porque nunca había estado en juego la continuidad o frustración de un modelo de desarrollo que ahora no les otorga privilegios.
Y en esa lucha la Cámara de Diputados Federal tendrá importancia estratégica en la segunda mitad del sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Los votantes del país tampoco mostraban interés en las elecciones de diputados federales intermedias, porque estos funcionarios de elección popular nunca estuvieron cerca del pueblo. Tampoco hay información estadística sobre si ahora sí les interesan o sólo es la lucha de las cúpulas políticas, institucionales y empresariales la que hace tanto alboroto.
Otra cosa que no debe olvidarse es el momento y la circunstancias mundiales por las cuales atraviesan las naciones. Es una idea que de principio puede parecer descabellada, pero no se puede ignorar que el gobierno de la 4T ha establecido como estrategia central el combate a la corrupción, y en este tema, entre más desarrollada es una democracia, menos corrupción tiene.
Puede argumentarse que no existe relación directa entre el grado de desarrollo económico y los niveles de democracia y corrupción en las naciones; sin embargo, no puede negarse que las naciones mejor calificadas en materia económica fuera del modelo comunista-socialista, porque ese se cuece aparte, son naciones con bajos niveles de corrupción. ¿Cuál causa a cuál? Es una pregunta para un análisis y reflexión profundas.
Se dice que en materia de democracia, los primeros dos siglos son los difíciles, y es justo el tiempo que los países latinoamericanos llevan de independencia. La madurez de un pueblo se mide también por su interés en el bien común de sus habitantes, y la corrupción es un fenómeno que atenta contra ese bienestar colectivo y de la cual no solo se benefician las cúpulas domésticas, sino también los grandes intereses económicos y financieros globales.
Escapar de la corrupción puede significar, para un pueblo como el nuestro, acceder a un camino de desarrollo más justo y de distribución de la riqueza sin precedente, e implica erradicar la sangría del patrimonio nacional en favor de intereses extranjeros.
Si el gobierno de la 4T y del presidente López Obrador se concreta en la segunda mitad del sexenio, afectará los intereses de corruptos empresarios nacionales y de fuera. Por ello no tienen reparo en tratar de frustar la transformación del país.
Pero si se quiere ir más allá, especulando, lo que suceda en México los próximos años podría ser un ejemplo para el resto de la región, una de las más ricas del planeta, pero azotada por la corrupción y el subdesarrollo sistémicos. Si el ejemplo cunde, el rostro del continente puede cambiar de manera desfavorable para los intereses que han explotado a estas tierras y a su gente a través de gobiernos corruptos. Eso también estaría en juego este domingo.
Tal vez suena exagerado, aunque a lo mejor es cierto aquello que dijo un colaborador de este medio “Todo pasa por México”