*Cada vez es más evidente la diferencia de nivel entre seleccionados según la liga donde juegan.
De la redacción
El partido amistoso entre la selección mexicana de fútbol y la de Islandia, jugada en Texas, Estados Unidos, más allá del triunfo, sirvió también para evidenciar la enorme diferencia que existe entre el profesionalismo de quienes juegan en ligas europeas y aquellos que lo hacen en la Liga MX.
No sólo son la calidad y jerarquía las que hacen esa diferencia, sino también la seriedad con la cual se toman los futbolistas los partidos, las ganas de ganar y el esfuerzo bien dirigido desplegado. Eso permitió a la selección mexicana remontar el marcador y ganar, pues los jugadores de relevo no mostraron la misma enjundia que Héctor Herrera, Néstor Araujo o Irving Lozano, “El Chucky”.
Los dos primeros son veteranos, pero por la vehemencia puesta en el juego parecían estar luchando por un sitio en la selección. Sorprendió lo de Lozano, porque muchos aficionados consideraban difícil siquiera igualar el marcador, y en especial, que pudieran anotarle en el juego aéreo, por la estatura de los rivales, y en especial los defensores, pero el jugador de Nápoles pudo anotarles de cabeza el segundo tanto. A los futbolistas mexicanos que juegan aquí les hace falta ese espíritu de lucha que mostraron quienes juegan en Europa.
