De la Redacción
Dice la sentencia popular que el triunfo tiene muchos padres, pero la derrota es huérfana. Lo contrario está sucediendo con Morena en el Estado de México, tras perder la mayoría simple y calificada en el Poder Legislativo Local.
Hay acusaciones de traiciones, pero también de deficiencias, incapacidad e indolencia de la dirigencia partidista. En este escenario, aun cuando ese partido tendrá mayoría relativa en la próxima Legislatura Local y, por lo mismo, le corresponderá presidir el primer año del trienio legislativo a la Junta de Coordinación Política, al interior de Morena hay un movimiento entre los diputados electos para evitar que Maurilio Hernández encabece ese órgano interno de poder.
Lo culpan por la derrota y pérdida en municipios importantes y de más de la mitad de las curules, le recuerdan que es presidente del Consejo Estatal de Morena y como tal está entre los dirigentes ineptos que no supieron ni quisieron trabajar para crecer a ese partido en el territorio mexiquense.
TAMPOCO CONSTRUYO BUENA IMAGEN PÚBLICA
Por cierto, entre los periodistas locales existe coincidencia de que Hernández González es de esos casos extraños de políticos que pagan para que les construyan enemigos.
Contrató con un alto sueldo a un individuo de apellido Medellín, quien en su estrategia para darle mayor dimensión a su cliente menospreció al periodismo local y todos los agravios se los endosó a su jefe, quien durante 3 años fue presidente de la JUCOPO y al mismo tiempo jefe del Consejo Estatal de Morena, y en lugar de llevarlo a niveles más altos, ahora podría perder incluso su liderazgo en la bancada morenista y hay quienes lo consideran el padre del retroceso de ese partido en el Estado.