Exigirles a Alcaldes Derrotados que Trabajen y Rindan Cuentas

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EXIGIRLES A ALCALDES QUE

TRABAJEN Y RINDAN CUENTAS

QUIENES NO SE REELIGIERON PUEDEN ABANDONAR

EL TRABAJO Y AFECTAR CON ELLO A LA POBLACIÓN

En las elecciones del primer domingo de este mes, alcaldes de importantes municipios de crecida población y alto presupuesto fracasaron en su intento por reelegirse. Los votantes de esas demarcaciones les dieron la espalda, convencidos de que trabajaron mal. Nadie vota en contra de quien les sirve con oportunidad, eficacia y honestidad.

Sufrieron dolorosas derrotas personales, y con esos malos resultados en las urnas también afectaron a los partidos que los postularon a pesar de que no eran los idóneos para las actuales condiciones, como lo probaron sus derrotas a lo largo y ancho del territorio estatal.

Fueron grandes fracasos, pues compitieron desde el poder y no desde la oposición, pero una vez consumados los hechos electorales, a los millones de mexiquenses que gobernaban debe importarles que en los seis meses que restan a las gestiones municipales cumplan con sus responsabilidades institucionales en materia de obras y servicios públicos y que rindan cuentas.

Deben exigirles que las decepciones personales no se traduzcan en perjuicios adicionales para los gobernados, ni busquen cobrarles venganza por sus derrotas al pueblo “desagradecido”, pues en todo caso los y las desagradecidos(as) son quienes perdieron, porque no correspondieron con esfuerzo, eficacia, honestidad y buenos resultados a la confianza depositada en ellos hace tres años por los votantes.

Por obligación legal, porque seguirán cobrando hasta diciembre, incluyendo los cuantiosos montos de aguinaldos, y para demostrar también que los electores se equivocaron al no reelegirlos(as), deberían intensificar esfuerzos en la segunda mitad del año, lo cual se traduciría en beneficios para la población de cada lugar.

No hacerlo así, constituirá una traición para los y las gobernados(as) y una gran mezquindad, incluso miopía política, porque en esa actividad no hay derrotas, ni triunfos para siempre, pero la sociedad tiene memoria y no se olvidan de quienes no la sirven o la sirven mal.      

Las nuevas autoridades municipales, por su parte, están obligadas a contribuir con la lucha contra la corrupción, y la mejor forma de hacerlo será no encubrir, ni proteger a sus antecesores que se hayan enriquecido con fondos públicos. Los ciudadanos debemos exigir se rompa con esa vieja y nefasta tradición del “hoy por ti, mañana por mí”, la cual ha propiciado impunidad a los corruptos y estímulo para futuros actos de deshonestidad.

Esa protección y encubrimiento cómplice de la corrupción ha dominado incluso cuando un alcalde releva a otro de partido diferente. Eso no puede seguir. Si los nuevos presidentes municipales encuentran el primero de enero actos de corrupción, deben denunciarlos y la sociedad debe exigir que así procedan. La impunidad no puede ni debe seguir en los relevos de autoridades.

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