Abandonaron Gobiernos Neoliberales la Industria Petrolera, para Vender PEMEX

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*En 40 años no construyeron ni una refinería, descuidaron 6 y cerraron una.

GABRIEL L. VILLALTA

Una política petrolera deliberadamente desastrosa, cuyo objetivo era privatizar la riqueza petrolera y a Petróleos Mexicanos (PEMEX), seguida durante cuatro décadas, provocó la actual dependencia de México de gasolinas, diésel y productos petrolíferos extranjeros.

De acuerdo con información de Octavio Romero Oropeza, director general de la principal empresa del país, en más de 40 años no se construyó una sola refinería, mientras la demanda de combustibles creció excesivamente en el período.

No sólo no se incrementó la capacidad de producción de gasolinas y diésel, sino en 1991 el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari cerró la de Azcapotzalco, cuya capacidad de refinación era igual a la de la recién adquirida Deer Park, de Houston, Texas o a la que tendrá la refinería de Dos Bocas, en Tabasco, cuya construcción se espera concluya en los próximos dos años.

Romero Oropeza informó que también se descuidaron las seis refinerías que quedaron. No se invirtió a tiempo para reconfigurarlas y elevar su capacidad de producción, y el abandono fue tan grande que ahora costará mucho dinero modernizarlas y llevará tiempo hacerlo.

Durante el sexenio de Enrique Peña se contrató a Odebrecht para reconfigurar tres refinerías, pero además de cobrar al final más de un ciento por ciento sobre los montos pactados en el contrato original, los trabajos no arrojaron los resultados  esperados. Fue dinero perdido.

En cambio, en forma por demás inexplicable a la luz de la lógica, y con efectos onerosos, las autoridades de Petróleos Mexicanos privatizaron tres plantas generadoras de gas hidrógeno, insumo indispensable para refinar petróleo crudo.

Fueron vendidas a particulares y, casi simultáneamente, se firmaron contratos con esos mismos particulares para comprarles todo el hidrógeno que produjeran.

Petróleos Mexicanos quedó quebrado, con fuerte deuda, rezago tecnológico, con las reservas petroleras que fueron suyas, concesionadas a particulares del país y el extranjero, y con cuantiosas pérdidas económicas por el robo de gasolinas, en la cual participaban altos funcionarios suyos, de los cuales el encargado de la seguridad anda prófugo.

No obstante, no alcanzaron a concretar el objetivo de privatizar a la empresa, ahora denominada paradójicamente “empresa productiva del Estado”, cuando su productividad es baja, precisamente por el abandono planeado.   

Como consecuencia de la deliberada política petrolera errática, al finalizar el período neoliberal México satisfacía el 77 de la demanda de diésel con importaciones y el  69 por ciento de la demanda de gasolinas.

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