*Los dos años y meses que le quedan de gestión los pasará tranquilos.
De la redacción
Además de los triunfadores, los resultados de las elecciones locales del primer domingo de este mes beneficiaron sobre manera al titular del Poder Ejecutivo estatal, Alfredo del Mazo Maza.
Sus correligionarios no exaltaron su gestión, omitieron sus acciones y resultados institucionales, pero en alianza con el PAN y el PRD, consiguieron triunfos relevantes que modificaron realmente su posición política.
El impacto positivo de las elecciones fue particularmente estratégico en el caso de la que será la 61 Legislatura Local, en donde el PRI y sus aliados recuperaron fuerzas y prácticamente dividieron al congreso a partes iguales con la oposición, después de que en la 60 formó parte de la llamada “chiquillada”, como se le dice al conjunto de partidos minúsculos.
La mayoría simple y calificada estaba en manos de los diputados de Morena y sus aliados, y mantenía inquieto al mandatario estatal pues sus cuentas públicas anuales podían ser rechazadas, y al menos en una ocasión lo fueron.
Tampoco dispuso durante tres años de condiciones numéricas legislativas para reformar la Constitución Política de la entidad, ni para sacar adelante sin arduas negociaciones con los diputados de Morena y sus aliados los nombramientos de integrantes de los órganos autónomos o endeudar más al Estado de México como siempre ha sido su propósito.
Estas condiciones permanecerán unas semanas más, pero a partir del 5 de septiembre próximo, cuando inicie su trienio la próxima representación popular del Estado, la situación cambiará radicalmente.
La propia fiscalización se verá afectada, porque los diputados locales compañeros de partido del mandatario y sus nuevos aliados más los partidos bisagra harán mayoría simple, pero suficiente para desechar cualquier denuncia de malos manejos de fondos públicos que pudiera presentarse en contra del mandatario.
El cambio, en la correlación de fuerzas partidistas representadas en la Legislatura Local también afectará la composición de las comisiones legislativas, y particularmente los nombres y partidos de quienes encabezarán las más importantes.
Por la conjugación de todas estas condiciones, el gobernador Alfredo del Mazo Maza transitará sin sobresaltos los dos años y tres meses que le quedan a su sexenio, porque no tendrá en contra una aplastante mayoría legislativa adversa. El tema de los recursos federales, por supuesto, es otro asunto totalmente a parte.
