*Entre 2019 y 2021 se igualó ese aumento en términos absolutos: 60% de aumento.
GABRIEL L. VILLALTA
(Primera parte)
Las malas condiciones económicas de la clase trabajadora mexicana de bajos ingresos se explican en gran parte por el congelamiento, incluso retroceso, en el poder de compra de la paga mínima legal, que entre 1999 y 2018 se incrementó 60 por ciento, muy por debajo del nivel de la inflación registrada en el período.
Un análisis comparativo de “El Espectador” a las estadísticas de la Comisión Nacional del Salario Mínimo (CNSM) sobre este nivel de ingresos arrojó que en términos absolutos, en 20 aumentos anuales esa paga registró una mejora de 53 pesos diarios, para un promedio anual de 2.65 pesos.
Pasó de 34 pesos con 95 centavos a 88.36 pesos en el último año del sexenio de Enrique Peña Nieto; es decir, desde el penúltimo año del gobierno de Ernesto Zedillo Ponce de León, pasando por los sexenios de Vicente Fox Quesada, Felipe Calderón Hinojosa y el del político mexiquense.
Un incremento similar de 53 pesos diarios se aplicó al minisalario entre 2019 y este 2021; es decir, en dos años y medio del gobierno de la 4T, para pasar de los 88.36 pesos a 141.70 pesos. Un aumento del 60 por ciento en las tres alzas del actual sexenio.
No obstante, la descomunal acumulación de pérdida de poder adquisitivo de la paga mínima legal en los veinte años anteriores no permite avanzar rápido en la recuperación de ese poder de compra.
A la luz de las estadísticas no se entiende cómo las organizaciones obreras, las autoridades laborales del país y los propios presidentes de la República permitieron este deterioro del poder de compra, el cual fue en la práctica una transferencia deshumanizada de ingresos de la clase trabajadora a los dueños de las empresas; o dicho de otra forma, de los pobres a los ricos.
Esta revisión sobre el tema abarcó de 1999 a 2021, por entre 1976 y 1998 los salarios mínimos sufrieron un gran deterioro, que en 42 años representó una transferencia de poder de compra de los trabajadores (en general) a las empresas de cerca de 39 billones de pesos, de acuerdo a información estadísticas del Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la Universidad Nacional Autónoma de México, el grupo de especialistas que mejor maneja el tema de los salarios e inflación.
En varios años del período examinado hubo incrementos que constituyeron una burla a la economía de las familias asalariadas, como en 2007, cuando el salario mínimo general sólo se elevó de 48.67 pesos a 50.57 pesos.
En términos absolutos la mejora de 2007, respecto al año anterior, fue de un pesos con noventa centavos, sin que las centrales obreras o la Secretaría del Trabajo y Previsión Social se ruborizaran, ya en el período de Felipe Calderón Hinojosa.
Peor estuvo el incremento a los salarios mínimos de 2004 para 2005 (antes había tres salarios mínimos y al Estado de México le correspondía el más bajo), de los 45.24 pesos en 2004 a los 46.80 pesos para el 2005, penúltimo año del sexenio de Vicente Fox Quesada; es decir, una mejora de 1.56 pesos diarios.