*Miami, Florida, centro de conspiraciones de ultraderecha: el magnicidio en Haití.
De la redacción
Miami, Florida sigue siendo el principal centro de conspiración de la ultraderecha de América Latina y el Caribe, como lo probó el magnicidio en agravio de Jovenel Moïse, presidente de Haití: el presunto autor intelectual vivía en ese balneario.
Los servicios de inteligencia de Cuba también atribuyen a miembros del exilio cubano y la CIA la organización y financiamiento de los grupos disidentes, que la semana pasada se manifestaron en varias ciudades de la isla.
De acuerdo con información de los gobiernos haitiano y colombiano, los 26 ex militares de élite del ejército de Colombia que ejecutaron en su caso al mandatario caribeño fueron contratados por una compañía con sede en Miami, Florida.
De Florida partió a Haití en un jet privado Charle Emmanuel Sanon, haitiano-estadounidense, para darle seguimiento a los preparativos y operativo final de los mercenarios. Las últimas llamadas telefónicas de los integrantes del comando asesino fueron, precisamente a Sanon, en cuya casa la policía haitiana encontró pertrechos bélicos.
Mientras tanto, el gobierno estadounidense evidenció una vez más su doble cara: demandó del gobierno cubano atender los reclamos de los disidentes, pero guarda absoluto silencio frente a la represión, que incluye muertos, lesionados y encarcelados, perpetrada por su protegido y títere, el presidente de Colombia, Ivan Duque contra su pueblo que marcha, protesta y pide solución a los problemas. Y no reconoce que tiene gran parte de la culpa por lo que sufre el pueblo cubano, pues el criminal bloqueo que impuso a ese país deteriora sus condiciones de vida.