*El sesgo en la información y la desinformación intencional son parte de la estrategia de los medios para golpear a la 4T.
Maximiliano Castillo R.
La ejecución de los periodistas Abraham Mendoza, en Michoacán; y de Ricardo López, en Sonora, la semana pasada, fueron aprovechadas por los grandes medios informativos opositores al presidente Andrés Manuel López Obrador para atribuirle responsabilidad.
Son condenables estas muertes, pero también es reprobable la mezquindad de quienes lucran con lo ocurrido y, sobre todo, con el dolor de las familias de las víctimas.
Los homicidios, aun los de periodistas, son delitos del fuero común. Evitarlos y, cuando ocurren, castigarlos, es obligación de los sistemas de justicia estatales.
En estos casos debe criticarse a Silvano Aureoles, de Michoacán; y a Claudia Pavlovich, de Sonora, pero no los mencionan, porque de lo que se trata es de culpar al presidente y golpear su imagen, un comportamiento nada ético y cuyo objetivo es desinformar y manipular la opinión pública.