*Serán cuatro perfiles de internos los que se verán beneficiados con la medida anunciada.
De la Redacción
En una decisión que resultará polémica, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que la próxima semana expedirá un decreto para liberar a presos en cuatro segmentos de la población carcelaria del fuero federal, de la que el 43 por ciento no ha recibido sentencia, pese a llevar recluida varios años.
El primer grupos, cuya liberación no ocasionará cuestionamientos es el de los presos que han permanecido privados de su libertad por diez años o más y fueron acusados de delitos no graves. Es claro que, aun cuando hayan sido culpables, con el tiempo encarcelado ya purgaron su pena.
De la misma forma encontrará poca crítica la liberación de los internos con 75 años o más, porque eso ya lo establecen las leyes. En cambio, habrá oposición de las víctimas a que se libere a los presos de 65 años o más; es decir, adultos mayores, que padezcan enfermedades crónico-degenerativas.
No obstante, las críticas y resistencia más severa será para la liberación de los presos que fueron torturados para que confesarán su culpabilidad en los delitos de los cuales se les acusó. Desde antes existe un debate de si la violación de los derechos humanos de los torturados, aun siendo culpables, debe subsanarse con su libertad, porque en esos casos se propicia la impunidad y se violan también los derechos humanos de los agraviados y de sus familiares.
La excarcelación de este grupo último grupo será severamente cuestionada; sobre todo, por parte de los defensores de los derechos humanos de las víctimas del delito. El proceso de liberación de estos internos deberá concluir a más tardar el 15 de septiembre de este año.