*Los distribuidores aumentan los eslabones en la cadena productiva y el costo final del producto.
De la Redacción
Los distribuidores de gas a domicilio, en cilindros y en tanques estacionarios, en realidad son intermediarios entre las concesionarias y los clientes, lo cual explica el encarecimiento del producto.
Las concesionarias gaseras, de las cuales las 5 más grandes acaparan el 50 por ciento del mercado, venden el gas o le cubren una comisión a los dueños de las pipas que lo llevan a los domicilios. En todo caso, el consumidor termina pagando el sobreprecio, pues esa comisión o costo de distribución no lo absorben los consumidores, sino se convierte en sobreprecio.
Todo esto se ha detectado gracias al paro de los piperos, quienes se quejan de que el precio máximo fijado al kilo o litro de gas les reducirá su ganancia, la cual no estaba regulada.
El problema es grave, porque se supone que las distribuidoras tienen personal y pipas e infraestructura para distribuir el producto, por ello se les entrega la concesión para vender el hidrocarburo, y no que en realidad lo venden a intermediarios.
Adicionalmente, esos intermediarios y el personal que contratan no cuentan con salarios formales ni prestaciones; es decir, se trata de una actividad informal. Sin embargo, pueden perjudicar a los hogares con paros como el de ayer, inclusive intentar chantajear al gobierno y obligarlo a tomar medidas extrema para hacer valer la ley, como la cancelación de las concesiones.