*Mario Casarrubias Salgado, mando de “Guerreros Unidos”, estaba en el Altiplano.
De la redacción
Mario Casarrubias Salgado, uno de los fundadores y dirigentes de la banda delictiva “Guerreros Unidos”, murió de Covid-19, el 26 de julio. Se llevó a la tumba información valiosa que pudo contribuir al esclarecimiento y conocer el destino de los 43 alumnos de la escuela normal de Ayotzinapa, desaparecidos en Iguala, Guerrero, el 26 de septiembre de 2014.
Estaba preso en el penal de máxima seguridad del Altiplano, donde se contagió. Fue internado inicialmente en el hospital “Adolfo López Mateos” de esta capital mexiquense y posteriormente ante el agravamiento de su enfermedad lo trasladaron al Hospital Central Militar, donde falleció. Padecía muchas enfermedades.
Al grupo delictivo citado le atribuyen la autoría intelectual y material de la desaparición de los jóvenes que estudiaban para ser maestros, cuyo caso se convirtió en un escándalo nacional e internacional y condujo a la renuncia del entonces gobernador guerrerense, Ángel Aguirre Rivero.
Próximo a cumplir 7 años ese acontecimiento, el grupo de normalistas sigue desaparecido, con excepción de dos casos, en los cuales fueron identificados los restos de los alumnos. Los hermanos Mario y Sidronio Casarrubias Salgado fueron culpados de lo ocurrido, y los capturaron ese mismo 2014.
Las propias investigaciones ministeriales desataron un escándalo, porque el entonces procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, las dio por concluidas con lo que calificó de “verdad histórica”, versión nunca creída, por los familiares de las víctimas ni por la opinión pública; sobre todo, porque se probó la falsedad de que los normalistas fueron asesinados y sus cuerpos convertidos en cenizas en un basurero de Cocula, municipio limítrofe con Iguala.
Por esta versión, por torturas a presuntos culpables y por la desaparición de fondos públicos destinados a la investigación tiene orden de aprehensión y está escondido en Israel quien fuera titular de Investigación criminal de la PGR, Tomás Zerón de Lucio.
Los mandos de “Guerreros Unidos” formaron parte del entorno de Arturo Beltrán Leyva, jefe del cartel que lleva sus apellidos, pero a su muerte en enfrentamiento con elementos de la Marina, los Casarrubias Salgado fundaron su propia organización criminal.