LA RUTA DE LA REVOLUCION… ¿Extraviada?
Jairo A. Tell
Ni hablar mi amigo, tan malo el pinto como el colorado, como reza la frase popular. Esto viene a colación porque los partidos de la alianza opositora “Vamos por México” son garantes de la democracia. PRI, PAN y PRD se alejaron de sus plataformas políticas, ideológicos y de sus principios. Ninguno los honra y más de uno ha extraviado el rumbo dejado por sus predecesores y de la Revolución. Con todos sus defectos, los anteriores dirigentes del PRI siempre lucharon por el bienestar común, y hoy a más de 100 años de la misma, todavía no se ven los resultados de su afanosa lucha por la justicia social y la democracia. El resultado de las turbias maniobras de la otrora partidocracia es la debacle que enfrentan que les puede llevar a su extinción. Nadie se llame a sorprendido, porque el PAN durante la “Docena Trágica”, representada por Fox y Calderón perdió la oportunidad de retomar los ideales de Madero, y las enseñanzas de Manuel Gómez Morín fundador del partido y de Manuel J. Clouthier “Maquío”.
Marko Cortes no es por mucho la persona más idónea para estar al frente del PAN.
De éllos y solo de éllos es la culpa del desprestigio que pesa sobre sus espaldas y de que la sociedad en pleno haya manifestado su hartazgo ante la impresión de que solo buscan el poder, por el poder mismo. Ni la ideología de Madero a quien pudieron recurrir Fox y Calderón, ni la ideología de Zapata, Villa, Orozco y Carranza a quien pudieron tomar como estandarte los tricolores y los amarillos, sirvieron para poner en perspectiva el rumbo y el progreso de México. No cabe duda de que todos sus esfuerzos estuvieron encaminados a conseguir el poder a cualquier precio, para después servirse con la cuchara grande y enriquecerse a manos llenas sin el menor pudor y sin el menor recato; pero en esta vorágine de cosas descuidaron lo principal: el bienestar del pueblo. El PRD, sigue y seguirá pagando la factura del cochinero recurrente de cada elección interna gracias a los desacuerdos entre las tribus que lo integran entre los que destacan “Los Chuchos”, (Zambrano y Ortega). Será por ello que se nota descolorido y se difumina paulatinamente, Morena materialmente, lo engullo.
Por su parte los partidos parásitos sin identidad ni ideología no cejan en su intención de seguir viviendo del presupuesto, por ello es tan importante para ellos obtener algún hueso o alguna piscachita dejada por los grandes, emulando perfectamente al perro faldero. Son los casos concretos son los del PVEM, MC, PSD, RSP, PT, PANAL. En estas organizaciones políticas sólo se rolan los puestos de regidores, asesores y representantes de partido entre familiares, compadres y amigos. Ver para creer; en estos tiempos de enanismo político, de falta de creatividad, de voracidad manifiesta, de insensibilidad y gandallismo, se necesita reflexionar y analizar los motivos por los que los han extraviado el rumbo y puesto a nuestro país de rodillas, sin poder salir del hoyo. Este olvido involuntario o maquiavélicamente voluntario ha marcado a la sociedad mexicana hasta hacerse casi inherentes a su naturaleza, como diría Peña. Los vicios, la corrupción y las conductas antisociales son tan frecuentes que las hemos normalizado y paulatinamente nos acostumbramos a ellas.
Las noticias prevalecientes en los medios, reflejan cada vez más la miseria humana, entendida esta no como la carencia de lo indispensable, sino como la forma vil de apropiarse de lo que no es suyo, pasando por encima de quien sea (inclusive de la mismísima carta magna). Particularmente, no compartimos, ni la visión, ni la idea de nuestros políticos, que lejos de proponer y atacar lo medular, la creación de empleos en forma suficiente, abatir el rezago económico y evitar la inmigración, se desgastan en banalidades. Más de un político ha manifestado su desconcierto, por la creciente ola de violencia que ya les ha alcanzado. Nuestros políticos se han ganado a pulso la desconfianza del pueblo, quien cansado de promesas incumplidas, de prepotencia corrupción, e impunidad, no ha tenido otra alternativa que manifestar su descontento por la vía del sufragio, castigando a sus verdugos.
Empero no se me apaniquen… mis estimados “próceres” de la democracia, hay más tiempo que vida y quienes están en funciones aún tienen la oportunidad de desandar la senda que los ha llevado a la debacle.