*De origen humilde, destacó en la política estatal y nacional: murió de Covid 19.
DE LA CORRESPONSALÍA
Acapulco, Gro.-Víctima del coronavirus, dejó de existir el ex gobernador de este estado, René Juárez Cisneros, quien dirigió al PRI estatal y, por unos meses, al nacional, justamente cuando perdió la presidencia de la República.
El político, quien fue diputado federal en dos ocasiones, y actualmente coordinaba a la bancada de 47 diputados federales de su partido en el Palacio Legislativo de San Lázaro, no pudo sobrevivir a la Covid-19, de la cual se contagió en la segunda quincena de abril, y un mes después, cuando parecía que superaba el contagio, se agravó, fue hospitalizado e intubado, hasta que falleció el lunes de la semana pasada.
Juárez Cisneros cumplió 65 años en junio pasado, cuando ya estaba grave. La enfermedad le arrebató la vida. No volvió a coordinar a su grupo legislativo federal, y no quiso buscar la reelección. Debía terminar su período de diputad federal el día 31 de este mes.
El político provenía de una familia humilde. Su papá se jubiló como garrotero (así le dicen a los ayudantes de los meseros) en conocido y prestigiado restaurante especializado en mariscos y pescados del puerto de Acapulco.
Muy joven formó parte del gabinete del gobernador Francisco Ruiz Massieu (1987-1993). No concluyó el sexenio, porque fue postulado para alcalde de esta ciudad y puerto, y ganó en 1990.
Fue diputado federal y luego lo hicieron candidato a gobernador, en aquellos tiempos en que el PRI no tenía riesgo alguno de perder, por lo que ganó el cargo, para relevar a Ángel Aguirre Rivero, quien había relevado en el cargo a Rubén Figueroa Alcocer, defenestrado por la masacre de campesinos en Aguas Blancas.
Juárez Cisneros fue gobernador de 1999 a 2005, sexenio en el que coincidió como mandatario estatal con el gobernador mexiquense Arturo Montiel Rojas. Desde entonces vienen sus vínculos con el priismo del Estado de México.
Hace pocos años fue delegado del CEN tricolor en suelo mexiquense, y después fue nombrado dirigente nacional provisional de ese partido, semanas antes de las elecciones federales de 2018, incluyendo la presidencial, en las cuales el PRI sufrió las más desastrosas derrotas de su historia, con un candidato externo: José Antonio Meade, de ideología más afín al PAN.
Como dirigente nacional del priismo le tocó pagar los “platos rotos” de un mal liderazgo de Enrique Ochoa Reza, quien dejó a la organización y una campaña condenada al fracaso. Juárez renunció una vez pasados los comicios.
Fue designado coordinador de una escuálida bancada federal tricolor, desde donde hizo una oposición razonada. Influyó para aprobar reformas a la Constitución. Como alcalde y gobernador fue como todos sus correligionarios en esos cargos.