*PRI y PAN, aun sin el PRD, hubieran derrotado a la alianza de Morena en el Edo.
De la redacción
La alianza PRI-PAN, antes adversarios ideológicos y los dos principales partidos nacionales hasta 2018, obtuvieron en suelo mexiquense todo cuánto se proponían en las pasadas elecciones, aunque para el resto del país fracasaron en las elecciones legislativas federales y las de gobernadores este año. Aquí se propusieron, y lograron, arrebatarle a Morena y sus aliados la mayoría absoluta en la Legislatura Local y municipios importantes.
“Si el 6 de junio se hubiera puesto en juego la gubernatura, el PRI, con el apoyo del PAN, la hubiese conservado, porque sus votos, aun sin los del PRD, superaron a los de Morena-PT-NAEM (Nueva Alianza Estado de México)”, sostuvo Leoncio Mata Zárate, académico, articulista y editorialista de “El Espectador”.
En las reflexiones de los colaboradores de este semanario sobre los resultados de las contiendas locales en suelo mexiquense, el analista tocó un aspecto relevante para el abordaje del tema, que expuso un lector de “El Espectador”, atento e informado sobre los resultados, en una carta sobre Morena y que pasó desapercibido en el Estado:
En las elecciones legislativas locales, en los 45 distritos en que está dividido el Estado, y en los cuales se efectúan los cómputos en las elecciones de los gobernadores, Morena y sus dos coaligados (quienes sólo le aportaron 432 mil sufragios) obtuvieron 2 millones 326 mil votos.
Ese saldo electoral habría quedado por debajo de las 2 millones 502 mil papeletas del PRI y del PAN. El primero alcanzó un millón 668 mil votos, en números redondos; el segundo, 834 mil. Entre ambos hubieran sacado una ventaja de 176 mil votos, sin contar los testimoniales 235 mil sufragios del PRD.
Mata Zárate sostuvo que, con estos números el avance del PRI-PAN-PRD en el Poder Legislativo, quien perdió en Edomex fue Morena, porque distritos y municipios importantes estaban en su poder y no pudo conservarlos. “En los análisis políticos y electorales generalmente se olvida algo fundamental: no es lo mismo no ganar que perder”, subrayó.
Explicó que como hasta un niño de primaria lo sabe, “se pierde solo lo que se tiene, pero quien nada tiene no puede perderlo, aunque sí se quede sin ganar”, y alertó sobre el riesgo de que Morena asuma en el Estado de México la posición de autoengaño en que incurren las cúpulas directivas del PRI y el PAN a escala nacional, pues aquí perdió, y mucho.
Marko Cortés y Alejandro Moreno, a casi mes y medio de su fracaso, siguen diciendo que ganaron, cuando no pudieron obtener 250 más un diputado federal para ser mayoría y perdieron, sí, 11 de 13 gubernaturas, con el caso extremo del tricolor que fue derrotado en los ocho estados que gobernaba y gobernará todavía por unos meses más, recalcó.
“Morena conservó en Edomex su condición de primera fuerza como partido, pero como coalición quedó en segundo lugar, rebasado por PRI-PAN-PRD, y estos números no son buenos para el 2023, mucho menos si se interpretan mal y, en un afán justificatorio, se minimizan los malos resultados”, concluyó el articulista.