*Estados y municipios, con ríos de dinero de 2007 a 2018: se endeudaron.
GABRIEL L. VILLALTA
Los 125 ayuntamientos mexiquenses están obligados a pagar a bancos en el corto plazo un monto global de 21 mil 421 millones de pesos, más un elevada suma no cuantificada a proveedores, contratistas y a ex trabajadores, por indemnizaciones correspondientes a despidos no justificados, conocidos como pasivo laboral.
De acuerdo con un análisis de “El Espectador” a información proporcionada por el Órgano Superior de Fiscalización del Estado de México (OSFEM), entregada a la comisión legislativa que lo vigila, la deuda total de los gobiernos municipales no sólo es elevada, sino también tiene otra agravante: un perfil de muy corto plazo.
Sus vencimientos serán en pocos años, con todo lo pernicioso que ello implica para las finanzas municipales, muy comprometidas y con pocos márgenes de maniobra ya desde ahora, pero sobre todo para los próximos cabildos.
El OSFEM informó que el monto total la deuda de los gobiernos municipales alcanza los 27 mil 688 millones de pesos, monto elevado, pero la situación se complica mucho más porque 21 mil 421 millones de pesos tienen vencimientos en el corto plazo.
Los pasivos de las autoridades municipales, cuya amortización es obligatoria para los próximos años, estos representan el 76 por ciento de la suma global de la deuda de estos gobiernos locales.
El pasado mes el alcalde de Toluca, ex panista y ahora morenista, Juan Rodolfo Sánchez Gómez, se plantó en la Plaza de los Mártires, frente al Palacio de Gobierno, para demandar la entrega de fondos para saldar adeudos salariales, y para satisfacer los reclamos de pagos de proveedores.
Adujo problemas severos de insuficiencia presupuestal, lo cual evidentemente no se resolverá en cuánto resta del año, por lo que su sucesor y vencedor en las urnas, el priista Raymundo Martínez Carbajal encontrará un ayuntamiento excesivamente endeudado y con problemas de pagos.
Sorprende el monto del endeudamiento de los gobiernos municipales, porque en los últimos 15 años los ingresos por participaciones federales crecieron más del ciento por ciento, y todavía endeudaron a los ayuntamientos.
Además, en ese tiempo los servicios públicos, lejos de mejorar, empeoraron, y en el caso de Toluca, el alcalde Sánchez Gómez decidió aumentar la carga de gastos con la renta de centenares de vehículos para uso como patrullas de la Policía Municipal, cuyo alquiler en dos años saldrá tres veces más caro que si las unidades las hubiera comprado. Y no tiene para darles gasolina: están paradas.